nota 10:
La maestría y el detallismo de John Woo en su mejor película.

Aqui se demuestra lo que puede dar de si este artista cuando cuando tenia carta blanca.
Todos los cargadores de las pistolas usadas en la película son de 16 balas, hay que pasarla entera a marcha lenta para darse cuenta de que de los miles de tiros no hay ni uno de mas. Cada balazo en la pared se puede disfrutar durante las revisiones del lugar del crimen, en su lugar justo.
Da la impresión que los escenarios se han roto disparando con munición real y que los chinos tambien mueren sin efectos especiales.
Como siempre la típica historia JohnWooniana de honor y venganza, sangre y plomo, el bueno se va convirtiendo en malo y el malo en bueno, hasta llegar a no diferenciarse un concepto del otro.
Y tambien como siempre un final muy chino, como el final de todo hombre, muerte para todos.